Primer vino en Ecuador tras las vacaciones de Agosto 2021 en Benicasim, se acabó lo bueno... Abrimos este Ribeiro muy bien puntuado por las guías y que confieso, desconocía por completo. Impactante el grosor del vidrio y el consecuente peso de la botella. En su contraetiqueta leemos que se trata de la botella n° 2.155 de una corta producción de 4.800. Lo dejamos abierto por espacio de una hora y media antes de proceder con su valoración. Después lo metimos en la nevera un ratito hasta que alcanzó los 11°C para su valoración. Tapón de longitud y porosidad medias.
VISUAL: Presenta un impactante color amarillo oro de cierta evolución, brillante y muy luminoso. Su lágrima es escasa, lenta y gruesa (92).
OLFATIVA: Los primeros aromas que encontramos son frutosos, a ciruela blanca y melocotón en concreto. Agitamos y enseguida percibimos recuerdos herbáceos de hinojo y grama recién cortada acompañados por fragancias lácteas de mantequilla en pomada y natillas, así como unos ligeros toques florales de jazmín. Su intensidad es media (88).
GUSTATIVA: Maravilloso en boca, carnosito, opulento, con la fruta poderosa y protagonista. Hay ciruela blanca, melocotón y naranja muy dulce, tipo navelate. Acidez muy alta con un paso por boca medio seco medio dulce. Elegantísimo, con notas de membrillo amarillo en retronasal y de nuevo esos recuerdos de fruta con hueso. Vino muy equilibrado, con un post-gusto ligeramente dulzón y frutoso dando espacio a la madera que sorbo a sorbo cobra protagonismo con notas de ebanistería fina de grandísima calidad. Equilibrio absoluto, sensacional vinazo, pura elegancia, muy alejado de los Ribeiros al uso que habíamos probado hasta el momento. Entre los 10 mejores blancos que he disfrutado, sin duda alguna (96).
La RCP pese a costarnos 37 euros, la considero muy buena, es un vino admirable y lo vale.
MARIDAJE: El primer día acompañó un filetito de corvina a la salvia. La segunda vez fue pareja de una deliciosa torraeta de anchoas de Santoña. En otra ocasión nos lo tomamos con un taco de wahoo al estragón con vieiras al ajillo, y nos lo terminamos con un espectacular salteado de picudo y almejas al tomillo. Lo disfrutamos de lo lindo en los cuatro ágapes aunque resaltaremos el maridaje con el wahoo y las vieiras, absoluta armonía de sabores salinos y frutosos en perfecto equilibrio. Qué gozada de vinazo!!
VIDEOCATA: https://youtu.be/kpCC3Q78bYc
Salud-os!!
Fotos:
Grandioso Ribeiro!!
Contraetiqueta
A 11°C
Con el filete de corvina a la salvia
Con la torraeta de anchoas de Santoña
Taco de wahoo al estragón con vieiras al ajillo y trigueros
Salteado de picudo y almejas al tomillo
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