Monastrell en Cerámica.

Vino presentado en una botella que destaca sobre las habituales. Vestida con una etiqueta de diseño moderno, amarronada y elegante  en la que se hace un guiño al envase de cerámica de su afinamiento. Cerrada con un corcho de aglomerado con el nombre del vino y tintada la cara que ha estado en contacto con él.

    A la vista un color rojo picota de capa media alta con notas violáceas. Limpio y brillante. Muy buena, abundante, gruesa y lenta lágrima en su recorrido por el cáliz de la copa y al que ligeramente tinta. Ribete granate y cardenalicio.

    En nariz le encuentro muy frutal, abundantes frutos rojos madurándose, balsámico y muy vinoso. ¡Huele a vino!. Con la madera de su crianza muy bien integrada y sin sobresalir. Manda su fresca fruta roja.

    En boca de entrada una viva acidez. Me ha desequilibrado. Con los taninos muy presentes y por domar.  Pasado unos breves momentos lo encuentro frutal, cierta elegancia, volumen, nada pesado, ligero monte bajo, balsámico y mineral. Me llena satisfactoriamente la boca. Necesita bastante más tiempo en botella para que se dome y afine. Al tener 14,5º volumen en alcohol y una viva acidez tendrá bastante vida para lo que es un vino de monastrell. Tiene una acidez muy presente y con la madera de su crianza sin destacar. Como he dicho más arriba: ¡Manda su fresca fruta roja!. Frutal, tánico, fresco y ácido paso de boca. Es un vino largo. Me da una permanencia de 2,30 minutos.

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