Cava con el que la familia Ferrer rendía homenaje a Dolores Salá cofundadora de la bodega a primeros del siglo XX. Solamente se elabora cuando la añada es excelente.
Corcho de calidad en el quen se significa el nombre de la bodega y en muy poco tiempo se ha hinchado, doblando su tamaño.
A la vista un color amarillo lieramente dorado. Muy limpio y brillante. Con una buena, fina y lenta lágrima en su carrera por el cáliz de la copa. Fina burbuja que se desprende de la base de la copa sin descanso y formando isla y corona en la copa.
En nariz frescas frutas tropicales, cítricos, fina bollería y frutas de hueso.
En boca es elegante, frutal, untuoso, cremoso, equilibrado, con volumen, con la burbuja integrada y sin agresividad. Con una fresca acidez que invita a beber. Un cava que vivirá varios años más. Muy grato, cremoso y frutal paso de boca. Es un cava largo. Me da una permanecia de 2,30 minutos.
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