Un vino con " Marca ".

El concepto de marca en un vino es un factor importante a pesar de que hay ahora cierta tendencia a buscar lo desconocido e incluso valorarlo más por ese hecho en sí. En cierta forma es como cargarse el valor de la trayectoria, experiencia y tradición a base de “ tweets “ . Antes se decía que se tardaba 10 años en hacer una marca de vino, hoy no se sabe y además es un dato ciertamente incierto. Marques de Cáceres es una de esas marcas españolas que pueden presumir se ser reconocida a pie de calle por la gran mayoría de españoles y muchos extranjeros, lo cual es una etiqueta que arropa muy bien a lo que lleva dentro. En este caso es un vino rosado, al estilo provenzal con esos tonos pálidos, cobrizos, de piel de cebolla y sin llegar a ser el típico ojo de perdiz, dejando esas tonalidades del rosa que tan de moda están en estos tiempos. Nariz floral, pinceladas de hierbas medicinales y con frutillos en macedonia que son la antesala de una boca no demasiado fresca con sensaciones de golosina que recuerdan a las chucherías y a los fresones pochos espolvoreados con azúcar glas. Muy rico, para mi gusto quizás algo falto de mayor acidez y con cierto exceso de “ fiesta “ en boca. Lo que no hay lugar a dudas es que esta Casa elabora vinos muy bien hechos y de volumen ( cajas ), durante décadas lo lleva haciendo y gracias a ello la marca es un estandarte de primera línea en relación alta calidad – precio tanto en España como en muchos países del mundo. Los reservas y grandes reservas de sus tintos son acorazados en el tiempo, disfruto de vez en cuando de unos reservas 1994 que tengo en mi Bodeguita y que ahora están pletóricos.