No es mi cosecha. Al menos de momento.

Muy aromático y complejo, con fruta roja pero sobre todo muy mineral y especiado (pimienta). También flores, tabaco, cacao, todo envuelto en esa elegante mineralidad.

En boca sorprende por su juventud, todavía algo tánico y con mucha acidez pese a que ya han pasado tres años desde mi anterior botella y pensé que estaría bien redondo. Y sobre todo porque este año probé un 2019 y lo encontré más accesible que este 2016.

Pero los ingredientes están ahí. Buen cuerpo, medio, sin excesos, elegante, con buena persistencia acompañada de posgusto frutal (que en boca aporta también fruta negra madura) y agradable mineralidad.

Lo único, que habrá que esperarle otros dos o tres años más para ver si llega el momento de esta cosecha que se está mostrando reticente a dar todo lo que tiene que dar. De momento no es mi cosecha de Ultreia Valtuille…