Vamos con este vino de Toro al que le teníamos ganas. Un monovarietal de tinta de toro con 14 meses de crianza en barricas. Abrimos la botella, dejamos que respirase durante hora y media y procedemos con su valoración a 17°C. Corcho impecable, largo, compacto, muy adherido al cuello de la botella y tintado un 40% de su longitud.
VISUAL: Rojo picota precioso, de capa alta, con un ribete estrecho en tonalidades cardenalicias. Brillante, luminoso y de lágrima abundante, de grosor medio y ligeramente tintada (94).
OLFATIVA: Perfil licoroso de entrada. Encontramos la guinda en licor intensa, acompañada por algo de fruta acompotada (mermelada de arándano negro). Agitamos y asoman especiados de clavo y pimienta negra, tostaditos y ahumados de la barrica, junto con un puntito balsámico de eucalipto mentolado. De fondo asoma una pátina terciaria que nos recuerda al tabaco habano, al cuero curtido y al chocolate negro. Y como no, el roble apareciendo de fondo, con gran elegancia. De intensidad media-alta (92).
GUSTATIVA: Pegada tremenda, impetuoso diríamos, alta acidez, tanino pétreo y marcado, un vino con mucha vida por delante, no menos de 10 años estimo. Muy frutoso en boca, con ese puntito balsámico y con el tanino protagonista. Carnoso, corpulento, de alta extracción y licoroso, un prototipo clásico de lo que esperas de un vino de Toro, con carácter. En retronasal percibimos fragancias de clavo, mientras que en el post-gusto aparece la fruta en compota (mermelada de ciruela) aunque es el roble el que se va apoderando del paladar, pasando por encima de la fruta poco a poco, sin concesiones. Super amplio, impresiona en boca, astringente y con una persistencia de casi cuatro minutos. Es realmente lo que esperábamos, un TORO con mayúsculas, el cual creo que se redondeará maravillosamente en los próximos 4 o 5 añitos. Una delicia (92).
La RCP es excelente, nos costó 13 euros, gran precio para la calidad que atesora.
MARIDAJE: El primer día nos lo tomamos con un tremendo Porterhouse steak con pimiento y all-i-oli. Otro día acompañó una rica paellita, y nos lo terminamos con unos jugosos contramuslos de pollo de corral al tomillo. Con la carne fue algo apoteósico, brutal pieza de carne que pedía a gritos un vino con la contundencia de nuestro fabuloso Toro. ¡Cómo lo disfrutamos amigos!
VIDEOCATA: https://youtu.be/mFkCHh41UvI
Salud-os!!
No ha cedido en lácticos, impresiona en este sentido. No sé si acabará imponiéndose a la fruta. Es descomunal en el sentido Eguren de fruta y madera a vainillada, malolácticas de barrica…No para todos los gustos
Potencia y exuberancia. Está descomunal , lo láctico , la pastelería , la fruta negra compotada..todo . En boca es amplio y con volumen, largo y denso , pero no secante ni astringente, más bien aterciopelado. Para los amantes de este tipo de vinos, una referencia inevitable con excelente RCP. Este 2019 de los mejores que recuerdo
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