A raíz de la pandemia, en unas cuantas redes sociales se empezó a hablar con mayor intensidad de los vinos BBB. Varios meses enclaustrado dan para tirar de existencias, hacer algún dispendio, conocer cosas nuevas e ir hacia valores seguros que si además no dejan vacío el bolsillo, mucho mejor. En mi caso, no bebí este Domaine de la Pépière porque ni siquiera caí en él. Error. Desde que lo conozco (quizá desde hace alrededor de unos seis u ocho años) me ha parecido un vino de una tremenda calidad, alejado de otros muscadets hirientes y de acideces vacías. Aquí hay buena fruta, una cierta grasa y por supuesto que también acidez y carácter recto. Añada tras añada. Así que ya saben, si nos vuelven a encerrar, cómprenlo por cajas.
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