¿Toro?. Ni eral.

Vino encerrado en una botella bordelesa  estilizada que está vestida con una sencilla y bonita etiqueta y en la que con 2 brochazos hace la silueta de un toro. Sencillo el corcho que la cierra, es de aglomerado, anónimo y con la cara que está en contacto con el vino tintada.

     A la vista un color rojo picota de capa media alta. Limpio y brillante. Fina y lenta lágrima que con pereza se desplaza por el cáliz de la copa a la que tinta débilmente. ¡Es un 2020!. Ribete granatoso y un débil violeta.

    En nariz frutillas rojas madurando, notas dulces y balsámicas.

    En boca nunca diría que es un vino de la D.O. Toro.. Es ligero y con algo de fruta. No tiene defectos, pero ninguna virtud toresana. Pude pasar como un vino de mesa de cierta calidad, pero ¿de Toro?. Con los taninos domándose y con una fresca acidez que le dará 1,5-2 años de vida en forma. Ligero, jovial y fresco pasa de boca. Es un vino que me da una permanencia de 2,15 minutos.

  No entiendo como lleva la contra de la D.O..

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