Mi asignatura pendiente

Cada cual ha de tener ciertas carencias en el mundo del vino. Una de las mías (tengo muchas) y quizá la peor es no haber bebido mucho burdeos blanco. Botellas jóvenes de un cierto precio (tampoco tanto) y otras cosas baratas que no me habían encantado hasta la fecha.

Con la de hoy he salido encantado. Precioso y elegantísimo color dorado sin una mácula y brillante como el sol, con una infinidad de matices en nariz (partiendo un perfil austero) como los cítricos, el jazmín, la fruta blanca, la pimienta y las rocas en estado puro. Todo eso para terminar con una estupenda boca, tersa y apretada pero también con ciertas dosis expresivas. La acidez es enorme, pero como encontramos una fruta tan buena y tan bien recogida, sólo acompaña. No hay madera ni derivados y el alcohol marca 12.5º, no quiero hacer comparaciones, pero la mayoría de los 1er y GC de otras zonas ya marcan normalmente 13.5º-14º. Terminó con dos apuntes:

1. Nos queda mucho por probar y dejar Burdeos de lado es ser un paleto en grado máximo.

2. Ojo a la evolución de vinos así.

 

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