Un carrizal lleno de fruta

Porque es que se mastica, es potente, jugosa, madura, pero con un toque fresco y crujiente que equilibra muy bien el alcohol.

La nariz rebosa esa fruta madura y jugosa, con fruta negra a puñaos, que te abre las fosas nasales y te pega una bofetada, con mermelada de frutos negros, pimienta negra (todo negro, todo negro xD), regaliz, mentolados y una buena carga mineral. Café, cacao negro y suaves toques de coco, con flores azules y apuntes de clavo, con un alcohol que aparece, pero que no parece mostrar esos 15 gradazos.

La boca es una pasada, te llena con esa fruta jugosa, fresca, que te explota en la boca, con un tanino rugoso, pero que se funde y limpia un poco la boca de esa dulzura. Los balsámicos, esas flores azules y una buena acidez equilibran el conjunto, con esas notas tostadas y de suaves lácteos, de café (me recuerda a los cafés etíopes de Gaji, que suena a tirarme el pegote, pero que me ha recordado por tener unas notas vinosas) y una mineralidad más presente en boca. La madera se nota elegante, integrada, pero falta por pulir un poco, porque este vino tiene una estructura y una capacidad de crecimiento importante, aunque ahora está cojonudo. Postgusto frutal y mineral. Laaaaaaaaargo.

Vinazo. Me gusta más que su hermano C.S.

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