De esta bodega conocía los blancos, los verdiccio, que me recomendó mi amigo Brice. Buenos vinos, sin duda. Sin embargo, este Piceno Pongelli creo que da un salto. Es un vino sencillo (bueno, tanto no) con una increíble personalidad y, sobre todo adictivo. Un tinto de sed, como dice mucha gente. Flores, fruta roja como la fresa y la frambuesa, toques terrosos y húmedos, tabaco negro y mineralidad. La boca es tersa, limpia, nítida, posee la expresividad adecuada, está dotada de una acidez estupenda, muy poco alcohol y personalidad punzante y pedregosa y todo en su sitio. No en vano el productor es muy fan de los vinos de Borgoña. Me ha gustado mucho y por ese precio, pocas cosas conozco mejores en la zona.
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