Qué pedazo de botella

Me quedaban tres botellas, ahora solamente dos, y tengo que reconocer que con este vino me conformaba con que estuviera simplemente bebible. Había abierto en 2021 otro Circunstancial de la misma añada y aunque me gustó, me dijo mucho menos que el de hoy, con el que estoy disfrutando de lo lindo. El color, sin llegar a estar anublado, sí que es algo turbio. Por lo demás, en la fase visual, todo en orden. Aromáticamente, es un vino que inexplicablemente mantiene unos cítricos y unos toques florales que para sí quisieran muchos vinos del año. Aparte de eso, detectamos mucha mineralidad, expresada por su carácter salino. La boca es perfilada y todavía no muestra esas notas dulzonas de los blancos con años, es más larga que ancha y tiene una acidez muy alta. La materia prima acojona de lo buena que es. El final es largo. No tengo muchas ganas de seguir explayándome, pero seguramente se trate de la mejor verdejo con años que he bebido.

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