La llamada “Central Coast” vinícola americana se extiende desde el sur de la ciudad de San Francisco, hasta el valle De Santa Barbara. Indudablemente no tiene la misma reputación que Napa, pero cuenta con bodegas de muy alto nivel, y para mí, Sandhi es una de ellas. Trabaja bien los tintos, pero siento debilidad por sus chardonnay, que llevo probando desde hace al menos una década.
Para empezar aclarando ideas, este 2019 podría catalogarse como un “villages” borgoñón en el sentido identitario de la palabra. Vamos con el análisis:
Amarillo que no llega al dorado, limpio y con brillo.
Tras la apertura observamos expresividad que va acrecentándose con el aire: flores blancas, anisados, cítricos, piedra de fusil, ahumados no provenientes de la madera, salinidad…
Boca fina y vertical con una trama muy interesante. Acidez, escasa proporción de barrica y sólo 13º, lo cual en EEUU es increíble si además la fruta está tan presente como aquí.
Final largo.
Lo dicho. Sandhi es uno de los buenos.
Color amarillo dorado pálido brillante con reflejos verdosos.
Nariz de buena intensidad, aromas de fruta de hueso, con toques cítricos, recuerdos ahumados, sobre un fondo donde surgen notas minerales y florales.
En boca es fresco, fruta de hueso, toques cítricos, con un cuerpo medio, va dando paso a notas minerales y florales de buena persistencia.