Rosa con ribete pálido y capa muy baja. Limpio y con brillo.
Comienza únicamente dando toques minerales durante casi doce horas. Pasado ese tiempo es cuando aparecen otros matices: flores silvestres, fruta roja, balsámicos, monte bajo, tierra mojada...
Boca rectilínea, con un tanino juvenil que tiene muy mala leche, una acidez desbordante, nada de madera y muy poco alcohol. Sabe a violetas, a campo húmedo y a piedras.
Final largo.
Uno de esos borgoña para frikis. Austero, salino y sin ninguna concesión a la modernidad. No conozco al productor y ni siquiera sé de dónde viene este vino, pero me ha gustado mucho.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.