Año tras año nos sorprende gratamente.

Vamos con la añada 2017 de este rico chardonnay elaborado en Ecuador. Nos encantaron las dos añadas anteriores, veamos cómo nos va con ésta. Sacamos la botella de la nevera y esperamos a que alcanzase los 11°C para proceder con su valoración.

VISUAL: Presenta un precioso color amarillo dorado de cierta intensidad y con reflejos acerados, muy brillante y cristalino. De lágrima escasa, fina y lenta (91).

OLFATIVA: A copa parada encontramos aromas frutales de limón y plátano. Al agitar asoman fragancias  de flores silvestres y de montebajo mediterráneo así como unas frescas notas herbáceas a heno húmedo. También aparecen notas de espárrago blanco, algo de frutos secos (almendras crudas) y apuntes dulzones de pastelería, a pan brioche y natillas. Por último podemos apreciar un toquecito mineral calizo de gran elegancia y algún sutil recuerdo amaderado fruto de su crianza. Su intensidad es media alta y se nos antoja realmente complejo (92).

GUSTATIVA: Vino de una tremenda amplitud y de ataque muy fresco, con una alta acidez y transmitiendo sensaciones cítricas y alimonadas en su paso por boca aderezadas con exóticas notas de fruta tropical (tamarindo y lichi). Los aromas retronasales nos traen recuerdos de flor blanca y en el post gusto es una delicia; de nuevo asoma el toque cítrico que en esta ocasión nos recuerda a la mandarina, acompañado por apuntes de membrillo amarillo y frutos secos (nueces). Final lácteo y muy amable, ligeramente dulzón, con una persistencia de dos minutos y 25 segundos de gran disfrute. Un chardonnay con grandes posibilidades de evolución que año tras año nos sorprende gratamente. Este 2017 en concreto está muy logrado, ha ganado muchos enteros en nariz y sigue mostrando una boca equilibrada y elegantísima. Nos ha encantado (92).

La RCP la considero muy buena, cuesta unos 15 dólares pero es un vino sobresaliente y de gran elegancia.

MARIDAJE: Nos lo tomamos en una paellita en mi casa con amigos y formó parte de una terna de vinos blancos, un sauvignon blanc chileno, un macabeo valenciano y éste chardonnay ecuatoriano. Nos los tomamos con un suculento arroz caldoso de langostinos y almejas, y un poco que sobró nos lo terminamos al día siguiente con un wahoo al tomillo en salsa de maracuyá caramelizado con jengibre y nuez moscada. Nos quedamos con el maridaje del segundo día pues las notas salinas y frutales de nuestro suculento pescado armonizaron espectacularmente con los apuntes cítricos y lácteos del chardonnay. Maravillosa velada en inmejorable compañía.

Salud-os!!

  1. #1

    Expatriator69

    Fotos:

    • Los tres vinos de la velada

      Los tres vinos de la velada

    • Gran chardonnay!!

      Gran chardonnay!!

    • Contraetiqueta

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    • A 11°C

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    • El caldoso de langostinos y almejas

      El caldoso de langostinos y almejas

    • Con el wahoo en salsa de maracuyá, jengibre y nuez moscada

      Con el wahoo en salsa de maracuyá, jengibre y nuez moscada

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