En las últimas.

Han transcurrido más de 2 años y medio desde la última botella bebida de este vino y tengo que decir que me equivoqué por aguantar tanto tiempo. Hace un año o año y medio el vino hubiera estado mucho mejor. ¿Está malo?, ¡No!, pero ha perdido algunas de sus virtudes.

     El corcho que es de gran calidad está perfecto, sin humedades en el mismo y tintada la cara que ha estado en contacto con el vino.

     A la vista mantiene su color rojo picota de capa media y han aparecido notas de rubí. Continua estando limpio, brillante y manteniendo su fina y lenta lágrima en su carrera por el cáliz de la copa. ¿El ribete?, pues rubí.

      En nariz ha perdido expresividad, las frutas rojas no son tan presenciales y si que la madera continua en segundo plano.

      En boca se ha desequilibrado. Se ha desarrollado una acidez que me indica que el vino está decayendo. Mantiene fruta y se puede beber, pero sin alegría. Discreto y ácido paso de boca con presenciales frutas rojas. Sigue siendo un vino largo. Me da una permanencia de 2,45 minutos.

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