Y sigue vivo y mejorando.

Vino encerrado en una bonita botella de diseño italiano. La etiqueta ha desaparecido por el transcurrir de los años, pero se ve perfectamente su añada en el corcho de la misma.
A la vista se manifiesta amarillo dorado, limpio, brillante, muy densa lágrima que se desliza con suma lentitud por la copa.
En nariz hay que airear la copa, tiene reducción noble, después de unos minutos el vino comienza a manifestar lo que lleva dentro. Muchísima fruta de hueso, frutas tropicales, madera perfectamente integrada.
En boca muy glicérico, elegante, aterciopelado, con elegante acidez, muy varietal, corpulento, con elegante acidez que le dará más vida, con volumen, equilibrado, madera de la crianza imperceptible. Muy elegante paso de boca y te invita a beber, beber, beber. Es muy largo. Me dá una permanencia de 3,30 minutos

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Gabriel Argumosa

    Un gran vino, como ganan estos blancos con el tiempo, sobre todo en matices.

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