Nueva añada de este vino de agricultura ecológica. Está encerrado en una botella bordelesa y vestida con una etiqueta clasica en su diseño y de oscuros colores. Correcto el corcho que la cierra que es de aglomerado.

      A la vista un color rojo picota de capa media alta. Limpio y brillante. Buena lágrima que con generosidad y lentitud se desplaza por el cáliz de la copa, al que muy ligeramente tinta. Ribete rubí y muy débiles notas violáceas.

      En nariz frescas rojas del bosque en sazón, cerezas, ligeras mayuetas y arándanos salvajes.

      En boca es elegante, con cierto volumen, fresco, jovial, frutal, desenfadado, con sus frutas en sazón y débil monte bajo. Taninos bastante domados y manteniendo una fresca acidez que invita a beber y que le otorgará un par de años más en forma. Grato, elegante, frutal y jovial paso de boca. Es un vino largo. Me da una agradable permanencia de 2,30 minutos.

       Me ha gustado más que la anterior cosecha del 2017