Pese a tratarse de un 2014 y haber sido degollado (a la volée) el 28 de febrero de 2019, exactamente un año antes de que lo abriéramos, ya se deja beber de maravilla.

Amarillo que es casi dorado. Limpio, brillante y con un carbónico muy conseguido. De los que son cremosos, pequeños y que tardan en diluirse.

Uva, centro de flores, manzana, canela, tostados, bollería, muchísima dosis a tiza (tanta que aunque en absoluto molesta podríamos decir que va algo descompensada), caja de cerillas y un toque a humedad muy agradable.

La boca muestra una amplitud tremenda, es vínica y masculina, tiene acidez, se le nota algo la madera (lo mismo ni lleva, ojo) y nada el alcohol. Trago largo, pegada y complejidad. Excelente.

Postgusto muy duradero.

Me ha encantado, procede de un lieu dit compuesto primordialmente por pinot meunier. Apuesta segura.