Fotos:
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El vino
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Contraetiqueta
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A 17°C
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Con el Porterhouse Steak de 900 grs
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Con el embutido ibérico
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Con el pollo al horno
Para nada parkerizado, más bien femenino y alegre.
NOTA DE CATA:
8.68
CALIDAD-PRECIO:
4,0
Vamos a probar este monovarietal de una vinífera poco común, la uva bastardo que según puedo leer también se llama maturana tinta, merenzao o Maria Ordoña. Las guías le han otorgado altas puntuaciones, vamos a ver qué tal. Abrimos la botella y dejamos respirar por espacio de una hora y media tras leer la recomendación de más abajo. Servimos a 17°C.
VISUAL: Presenta un desconcertante color rosáceo de capa baja, aparentemente con muy baja extracción o al menos con muy poco aporte de los hollejos (80).
OLFATIVA: Asoman claros apuntes de fruta roja fresca (fresas y frambuesas) con fragancias florales de lavanda y rosas rojas. También encontramos especiados de canela y un final balsámico con notas de eucalipto y regaliz. De la madera podemos apreciar algún ligero atisbo de baja intensidad. Aromas primarios predominantes y de intensidad media (86).
GUSTATIVA: En boca sí presenta un buen ataque, de alta acidez y bastante amplio. Los taninos a flor de piel, sin ser excesivos pero latentes. El paso por boca se nos antoja licoroso con aromas retronasales florales marcados que dan paso a un post-gusto frutoso en donde una vez más apreciamos los sabores a fresa y frambuesa. De fondo descubrimos apuntes licorosos con recuerdos a duelas envinadas, notas balsámicas y un leve toque amaderado, muy sutil. Nos da una persistencia de un minuto exacto. Realmente sorprende que un vino tan fresco, de baja extracción y tan poco carnoso, haya obtenido una puntuación tan alta (95+) por parte de Wine Advocate. Para nada parkerizado, más bien femenino y alegre (88).
La RCP la considero floja. Costó 26 euros y para ese precio esperaba mucho más. Seguro que he sido muy influido por ese 95+ Parker. En fin, para gustos los colores.
MARIDAJE: El primer día nos lo tomamos con un impresionante Porterhouse steak de 900 grs. Después acompañó nuestro surtido de embutidos ibéricos y queso curado y nos lo terminamos con un pollo al horno con mellocos. La verdad es que en ninguno de los tres casos el vino pudo con los intensos sabores cárnicos y especiados aunque al menos cumplió refrescando cada bocado.
Salud-os!!
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