Un grande

Amarillo intenso que no llega al dorado. Limpio y brillante.

Asentado desde el principio, no hace sino aclararse e ir tomando forma con el aire: cítricos, piel de manzana, hinojo, caja de cerillas, canela, caramelo toffee, alguna nota tostada, vainilla y mineralidad.

En boca es un vino que desde que se prueba, nos damos cuenta de que es un grande. Es serio, largo, profundo, posee una estructura muy compensada por su frescura, las sensaciones alcohólicas no varían ni aún cuando se calienta la copa y finalmente la madera, aunque presente, a mí me parece que no desentona.

Postgusto largo.

Hubo debate con Julito y Mario: a mí me encanto, pero ellos se quejaban de que había demasiada presencia acaramelada y maderosa (no tienen ni idea 😂). Soy fan de la Borgoña blanca, pero sobre todo de Puligny. Y en este pueblo, creo que Pernot lo borda. Además es uno de los tres mejores 1er Cru. Lo mejor es probarlo y juzgar por uno mismo.

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