Vinazo!, corpulento, elegante y muy equilibrado.

Abrimos la primera botella en casita de las Navidades 2019 tras llegar de Ecuador. Elegimos este reservita al que le teníamos ganas por tratarse de una añada excelente en la Ribera del Duero y por ser la bodega que es. Sacamos la botella de la vinoteca atemperada a 16°C y la abrimos. Presentaba un nivel de líquido algo bajo, como medio cm por debajo de la base del cuello. El tapón se nos rompió con el abridor estándar de tijeras aunque con un poco de paciencia solucionamos el tema. Dejamos respirar el vino por espacio de una hora y realizamos su valoración a 17°C.

VISUAL: Rojo picota de capa alta con el ribete ligeramente atejado. Lágima gruesa, escasa y transparente (93).

OLFATIVA: A copa parada asoma la fruta roja y negra en compota. Al agitar el líquido encontramos balsámicos de eucalipto, herbáceos de laurel y té negro, especiados de clavo y un toque mineral de arcilla húmeda marcado a fuego. De fondo cobran protagonismo los terciarios de cacao en polvo, cuero viejo, pelo animal con un final amaderado de roble de tremenda calidad. Excelente bouquet de intensidad media (91).

GUSTATIVA: En boca es sensacional. Alta acidez, carnoso, opulento y de gran amplitud. Taninos medio terrosos, presentes y muy característicos, con mucho protagonismo pero perfectamente integrados. Paso por boca suave, amable y placentero. Retronasal con más aromas minerales y acompotados. En el post-gusto apreciamos notas de chocolate negro, tabaco de pipa y mucha madera, intensa y protagonista. Vinazo!, corpulento, elegante y muy equilibrado. Le queda toda una vida por delante, mínimo 10 años más. Espectacular! (94).

La RCP la calificaré de excelente pues conseguí dos botellas de este vinazo por 15 euros cada una en agosto de 2018.

MARIDAJE: Me tomé la botellita en cuatro tandas. La primera con unos platazos de jamón ibérico de cebo, la segunda con unos rovellones a la plancha y salchichón ibérico, la tercera con unos callos a la madrileña y nos terminamos un culito final que quedaba como postre, con un chocolate ecuatoriano exquisito 70% cacao, hecho de spirulina (alga marina) y azucar de coco y con un café expreso. Quiero comentar que este último maridaje lo realizo en honor a mi padre al que le encantaba guardarse un poco de vino para tomarse al final de las comidas, con el café. Lo del chocolate lo añado yo... Realmente es una combinación fantástica, las notas amargas del café y el chocolate armonizan espectacularmente con las notas licorosas, a cacao y amaderadas de nuestro riojita. Va por ti papá!!!

Salud-os!!

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  1. #1

    Expatriator69

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    • Contraetiqueta

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    • En la copa

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    • Con el jamón ibérico

      Con el jamón ibérico

    • Con los rovellones

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    • Con los callos

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    • Con el chocolate y el café

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