Sin duda marca un antes y un después...

Color amarillo pajizo con reflejos verdes y algo dorados. 

Es de un aroma franco y natural, se sienten las lías, casi la fermentación, toque de manzana asada, manzanilla, flavor del tostado de la barrica, moka, crema, mantequilla y un alcohol fragante. 

En boca tiene cuerpo y una rica acidez, lo saboreas y lo paladeas con pasión y ganas, se agarra al paladar, punto seco y serio, tanico, muy largo y algo ancho, maduro, para saborearlo ahora y en mucho tiempo.

Sin duda marca un antes y un después no solo en los Txakolis, si no en los vinos blancos del estado.

Y tal como reza en su etiqueta con los versos de Mikel Laboa, sugiero escuchar el tema Baga, biga, higa en la versión de Iñaki Salvador, en sus variaciones del disco Lilurarik ez. 

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