Vino encerrado en una botella bordelesa de hombro ancho, vestida con una sencilla etiqueta de diseño moderno y cerrada con un corcho de silicona porosa que significa en el mismo el nombre de la bodega y tintada la parte del mismo que está en contacto con el vino.
A la vista un color rojo picota de capa alta. Limpio y brillante. Discreta lágrima que con mucha pereza se desplaza por el cáliz de la copa. Ribete rubí y con ligeras notas teja.
En naríz: ¡maderazo!. Tapa su escasa fruta roja. Abochorna tanto olor a madera.
En boca, pues más madera. Parece que me he metido un taco de roble en la boca y que lo estoy chupando. Escasa fruta, desequilibrado, con una viva acidez que le dará vida, pero ¿para qué?. Taninos sin domar, muy mineral y abundantísimo monte bajo. Menos mal que no es muy largo. Me da una permanencia de 2,00 minutos.
Un vino desafortunado.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.