Ameno de beber con poco que decir.

Bueno, tras las vacaciones de verano vuelvo a la rutina diaria y tengo tiempo para empezar a colgar unas cuantas valoraciones que tengo pendientes. Ahí va la primera, de Junio...

Esta bodega fue fundada en 1961 por 17 pequeños agricultores de la localidad. Tras un esfuerzo continuado de mejora, la cooperativa cuenta en la actualidad con casi 2.000 socios y 23.000 hectáreas de viñedos propios. Encontramos este vino en un precioso restaurante de Cuenca (EC) a un precio muy asequible. Nos lo sirven atemperado de la vinoteca a unos 15°C.

VISUAL: Presenta un bonito color cereza, de capa media-baja, muy luminoso y de ribete púrpura. Lágrima ligeramente tintada, fina y transparente (86).

OLFATIVA: Encontramos aromas frescos de frutos rojos (frambuesa) así como notas florales de violetas. También asoma un toque a hierba húmeda tercién cortada. De intensidad y complejidad media-baja (84).

GUSTATIVA: En boca nos muestra una acidez media y los taninos muy pulidos, con un tacto muy lácteo. Falto de cuerpo, pero de gran frescura, muy fácil de beber y fresquito mejor. Retronasal con notas de frutos del bosque y persistencia baja, de apenas 30 segundos. Un vino sin complicaciones, ameno de beber con poco que decir (85).

La RCP la dejaremos en muy buena atendiendo a su precio en tiendas en España (menos de 3 euros).

MARIDAJE:  Pues nos dimos un buen festival. De entrantes pedimos unas berenjenas rellenas, unas ancas de rana, mollejas de cordero y pulpo en salsa de pasas y aceitunas, y de plato fuerte me pedí un solomillo de cerdo con puré de remolacha rostizada y coles salteadas. Acompañó maravillosamente a las mollejitas con pulpo, exquisita combinación de notas frutales frescas con ese mar y montaña.

Salud-os!!