Porque es que te convence, te lleva a su terreno, que no es otro que el del disfrute, el de una pasión crujiente y fresca, vibrante y volcánica.
La nariz está llena de fruta roja, aún viva, madura, pero crujiente, con esos toques vegetales frescos, con notas de matorral, de flores azules y balsámicos. Todo acompañado de pimienta, clavo y toque volcánico marcado, pero menos que su hermano pequeño. La madera pasa totalmente desapercibida, con unos suaves toques tostados y notas como cremosas. Tiene un punto de cáscara de naranja.
La boca es una delicia, fresca, jugosa, con una fruta roja en su punto, con una acidez maravillosa y ese toque mineral intenso, y con un punto volcánico. Los balsámicos y las notas de sotobosque acompañan a la pimienta negra, ese cacao negro amargo y flores. Es muy fresco. El tanino tiene un puntito rugoso, pero está totalmente domado. Tiene un postgusto balsámico y ahumado largo, además de una estructura que le permitirá evolucionar en botella.
Un vino muy muy fresco, que te invita a otro trago y tiene una muy buena complejidad.
Me están gustando mucho los vinos de esta bodega.
La descubrí el año pasado y me encantó. Conocí su SP68 y me pareció un vino para beber por contenedores....
Todos los contenedores que quieras.... Los compartimos
Veo que también te gustó, jajajajaja. Pues tocará mirar un barco para que nos los traiga ;-)
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