Pajizo verdoso. Desde el descorche notamos una buena materia. El carbónico es una de sus señas de identidad, es cremoso pero no atosiga. Limpio y con brillo. Buen corcho.
Ácido, perfumado, sutil, vínico, profundo y con un esqueleto tremendo. Lo malo es que son sólo 800 botellas anuales y no sé cuándo volveré a probarlo.
Una maravilla de Champagne, una joya pequeña y desconocida. Tiene de todo y todavía está joven.
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