Nos agenciamos tres botellitas de este Margaux de la excelente añada de 1.990. Vamos a abrir la primera botella (con un estupendo nivel de líquido, 1 cm por encima de los hombros) a ver qué nos cuenta. Lo conseguimos con el abridor estándar de tijeras y el tapón salió de una pieza, compacto y tintado en un tercio de su longitud. Lo dejamos airearse por espacio de dos horas y media y servimos a 17°C.

VISUAL: De color rojo picota, oscuro, de capa media-alta y con el ribete en tonalidades rubí atejadas y bastante amplio. Presenta una lágrima gruesa escasa, lenta y transparente (92).

OLFATIVA: A copa parada emana aromas de montebajo (orégano) y hojarasca húmeda. Al agitar el líquido encontramos notas frutosas a mermelada de moras, vegetales de pimiento verde, especiados de pimienta y canela, fúngicos de trufa negra y apuntes minerales arcillosos. Al rato más prescriptores asomando poco a poco, cuero curtido, flor marchita y cacao en polvo con un sutil fondo de ebanistería fina como lienzo básico de este precioso retrato aromático. Excepcional complejidad con una intensidad media (93).

GUSTATIVA: En boca se muestra amplísimo, de buen ataque y con los taninos muy elegantes. Acidez importante que le confiere elegancia, con cuerpo y mucha sedosidad aunque todavía se aprecia secante con esos taninos esculpidos en piedra. Retronasal mineral y ligeramente acompotado, delicioso, con un post-gusto amable en donde ese tacto aterciopelado te hace disfrutar como un enano. Al rato nos trae recuerdos licorosos y amaderados de mucha categoría que nos proporcionan una persistencia de dos minutos para recordar. Un Margaux de gran calidad sin duda, perfectamente equilibrado y de un añada espectacular, damos fe. Iremos viendo las otras dos botellas en unos añitos, a ver cómo evolucionan (93).

La RCP la dejaremos en buena. Las conseguimos por 42 euros la botella, pero es que esta añada está sobre los 75.

MARIDAJE: Nos ventilamos la botella en tres tandas. La primera con nuestro surtido de embutidos ibéricos. La segunda con una pechuguita de pollo al estragón con verduritas y nos la terminamos con un suculento entrecotte a la salvia con setas y trigueros. Con los embutidos lo gozamos de verdad, acidez perfecta para desgrasar los apuntes grasos. Con la pechuguita también lo disfrutamos mucho, pero con el jugoso entrecotte alucinamos en color. Sublime este Margaux, delicado pero intenso, perfecto para acompañar una buena pieza de carne.

Salud-os!!