Estaba yo hace un rato en un bar de vinos cerca de casa y noté, en la

Estaba yo hace un rato en un bar de vinos cerca de casa y noté, en la pizarrita de los "Blancos de la tarde," un nombre que parecía ser "Noia." Esto me hizo mucha gracia, pues "noia" en italiano significa "aburrimiento." En fin, que pagué el precio de extorsión que pedían por la copa de esta mezcla de verdejo y viura de Rueda. Olorcito decentón, de citronella, manzana verde y un leve acento de pipi de chat... Hay algo redolente a bombón en el todo aromático, pero no lo suficiente como para provocar mayor reacción. Una nariz sencilla, agradable, si bien algo genérica. Podía pertenecer a un sauvignon californiano sin roble.

En boca hay compota de albaricoque y pera, con un calorcillo glicérico leve. Tiene un bonito espinazo acídico, este blanquito. Final medio, de una sola nota no muy resonante.

Pero se deja beber...

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