Proyecto muy joven y con gran futuro en la D.O. Toro. Experiencia, ilusión y fincas con viñedos viejos, muchos de ellos con más de 100 años, no faltan. Estoy ante un vino encerrado en una botella borgoñona que está vestida con una original y moderna etiqueta en su diseño. El corcho que la cierra de aglomerado y significando en el mismo su origen, ¡Toro!.
A la vista un color rojo picota de capa alta. Limpio y brillante. Muy buena, densa, abundante y lenta lágrima en su discurrir por el cáliz de la copa al que todavía tinta ligeramente. Ribete granatoso y debil violeta.
En nariz abundantes, frescas y joviales frutas rojas. Notas balsámicas y muy leves tostados por su paso por barrica.
En boca es elegante, muy frutal, pues retornan con mucho agrado las frescas frutas percibidasen la fase olfativa, equilibrado, fresco y jovial. Con la madera de su crianza en segundo término. Con los taninos bastante domados y manteniendo una fresca y sabrosa acidez que invita a beber y beber y que le puede dar 6-7 años de vida en perfecta forma. Muy grato, elegante y frutal paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,30 minutos.
Joven proyecto al que auguro mucho éxito y que procuraré seguir en las próximas ferias del vino de Toro.
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