Color coralino, limpio y brillante, lágrimas ligeras bañan la copa.
Aromas a fruta roja, fresa, frambuesa, golosinas, ciertos toques florales y vegetales.
En boca es un vino fresco, con cuerpo ( 14 grados para un rosado no es poco) acidez media y un final más que decente.
Tomado junto a un plato de pasta y ensalada mixta.
Me apetecía probar un rosado de una zona no elaboradora de rosados como es la provincia de Sevilla y la verdad es que cumplió, otro claro ejemplo de que España produce buenos vinos a buen precio en cualquier zona, eso sí, hay que salir de la zona de confort y probar cosas nuevas.
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