Intenso, mineral y con mucho cuerpo.

Vemos en un buen restaurante de Castellón este monovarietal de Prieto Picudo que desconocía y nos lo pedimos sin dudar. La uva procede de cepas de 98 años lo cual siempre es un aliciente y más si se trata de una vinífera tan escasa como ésta. Decir que este fue el primero de tres vinos en una copiosa comida con 5 amigos de la Colla. Nos abrieron las tres botellas mientras tomábamos una cervecita de espera. Los vinos los sacaron de la vinoteca a 16°C.

VISUAL: Nuestro vino nos impacta con un precioso color rojo picota, oscuro, de capa alta y con un bonito ribete en tonos rubí. Brillante y cristalino presenta una lágrima gruesa y lenta (92).

OLFATIVA: A copa parada muestra aromas a frutos del bosque maduros (moras y arándanos). En movimiento asoman notas florales de violetas, herbáceos de salvia y tomillo, especiados de canela, vainilla y regaliz con un toque de frutos secos (avellanas). En la gama terciaria hay cacao, cuero curtido y un fondo tostado intenso pero muy agradable. De intensidad media y bien en complejidad (89).

GUSTATIVA: En boca encontramos un vino con mucho carácter y bastante peculiar. Es cálido, seco y de acidez alta con unos taninos a medio pulir que le confieren una estructura poderosa. Paso por boca graso y amable con un retronasal que nos trae recuerdos frutales (moras y ciruela negra), especiados y tostados de mucha calidad. Persistencia de casi tres minutos con un post-gusto intenso, mineral y con mucho cuerpo, un vino "parkerizado" diríamos. La verdad es que a mí me encantó aunque parte de los comensales lo consideraron demasiado "cañero", para gustos los colores... Intuyo que en botella ganará muchísimo, para volver sobre él en unos cuatro añitos y alucinar con toda seguridad (91).

La RCP: En tienda cuesta unos 18 euros por lo que la dejaremos en buena.

MARIDAJE: Nos lo tomamos con los dos primeros platos de un menú degustación consistentes en unas croquetas madaleneras (rellenas de crema de morcilla negra la una y de crema de longaniza la otra) y un "Ximo" (típica empanada-bocadillo relleno de atún, huevo, piñones, pimiento rojo y tomate) al estilo Flote (nombre del restaurante). Nuestro potente vinazo fue perfecto con los poderosos sabores del relleno de morcilla pues su frutosidad era el contrapunto perfecto. Y con el ximo también deliciosa combinación. Gran armonía entre los sabores intensos de atún y pimiento con los apuntes especiados y minerales del prieto picudo. Gran disfrute una vez más en excelente compañía.

Salud-os!!

  1. #1

    Expatriator69

    Fotos:

    • El vino

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    • El Chimo "deconstruido"

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    • Las croquetas madaleneras

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