El benjamín de la casa no está mal.

Color cardenalicio, limpio y brillante, lágrimas ligeras.
Aromas a fresa, frambuesa, piruleta de fresa, aparece un ligero toque de regaliz, cuero.
En boca es un vino fresco, frutal, se toma con facilidad y serenidad, los terciarios no se dejan sentir, acidez correcta y final medio / bajo.
Tomado junto a un plato de salchichón ibérico, un ejemplo más de un vino para diario o para copear, quizás mejora a más de un roble de superior precio.

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