Las pisadas que van llevando al buen sendero

Aunque creo que Torres, en futuras añadas, bordará más este vino.

Metiéndonos en harina, como dije el año pasado respecto a la presentación, Botella elegante, con una etiqueta que recuerdo a las Lindes de Remelluri. Nula info de las variedades y crianza en la contraetiqueta, que no vendría nada mal. Corcho seco, en esta ocasión, que se ha roto al sacarlo. El corcho el año pasado lo recordaba muy elástico       

En copa, aparece con un color picota de capa alta, brillante, con el ribete morado ya tirando al granate. Limpio. Se ve muy íntegro, casi sin evolución. Lágrima lenta y densa, abundante, que tinta suavemente la copa.

 

Notas de fruta roja madura, lácteos más marcados de lo que recordaba en nariz, pimienta negra, clavo, olores de cuero y toques como de establo. Alcohol dulzón, con toques balsámicos y avainilladas de fondo. La fruta aparece más poderosa ahora de lo que recordaba. Aparece una reducción inicial (esas notas de establo) que, agitando la copa, se va disipando.

Ahumados, esos toques especiados y de cuero, fondo de pastelito de canela... Y mantequilla salada. Chocolate con un punto de leche, como de bombón de licor. Tiene aromas de dátiles dulzones, como de pastel de pasas.  Por ahora parece más cálido que hace un año.

Va creciendo y se notan más lo toques picantes, con la pimienta negra más poderosa, con nuez moscada.

Ha evolucionado brutalmente en nariz.

Gana frescura en boca, con la fruta más crujiente, sin tanta madurez y dulzor, toques de laurel, de especias picantes, con cacao negro y un suave fondo lácteo y ahumado.

La fruta va ganando protagonismo, con ese alcohol cálido más integrado y fresco y un buen ataque, con unos amargores marcados, con ese punto secante del tanino y la madera. Está más vivo y frutal y con un buen equilibrio entre crianza y fruta, mejor que el año pasado.

Tiene un toque de salinidad que me está gustando, dándole un toque seco diferente. Tanino noble, pero con un punto de mala leche, astringente sin ser molesto. Vino sápido.

Está en un buen momento, con toques de laurel, especiados, con notas de café amargo, sin esas notas tan dulces que había notado en nariz.

La nuez moscada se hace presente, como me habían comentado, con un toque cálido del alcohol, pero un punto fresco del sotobosque y el postgusto levemente foral.

 

Mi botella igual necesita integrar un poco más la crianza, pero a riesgo de que desaparezca la fruta, con lo que mucha guarda no le daría.

Cómo ha cambiado la película en un año.

Recomendado por 1 usuario

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar