Desde hace mucho tiempo cogí el gusto por los vinos del estado de Washington, el cual hace frontera con Canadá, del lado del Pacífico. A pesar de estar mas al norte que, por ejm, Oregon, tiene clima mas cálido en el cual, además de la Cabernet, se cultivan varietales de origen mediterráneo como la Syrah y la Garnacha. Los pocos Syrah que he probado me han gustado mucho y posiblemente este es el que mas.

Vino de color oscurísimo, casi negro.  

En nariz se aprecia fruta negra de gran intensidad, moras maduras sobre todo. Acompañan notas avainilladas, tabaco de pipa y tostados leves. 

En boca es un portento: Potente y frutal, pero con taninos muy finos. Llena la boca de sabor. Fruta negra a raudales con un final licoroso. Alcohol bien integrado y excelente acidez, necesaria para toda esa concentración frutal. Final largo. Es de esos vinos que no te dejan indiferente. 

Se acompañó en convivencia entre amigos con un buen corte de carne al horno, tostada por fuera y roja por dentro. Muy buena combinación.