Nunca lo he visto en una etiqueta de un vino, poner un distintivo de vegano. Me ha sorprendido y me ha hecho gracia. ¿Hasta donde llegaremos con estas memeces?. Todo sea por vender más. El vino es: ¡Vino!. y sus adjetivos son de todos conocidos: bueno, malo, blanco, rosado o tinto, espumoso, generoso y en algunas ocasiones avinagrado, pasado y hasta muerto.
Vino que está encerrado en una botella borgoñona que está vestido con una etiqueta de diseño moderno y colorida. Correcto el corcho que la cierra.
A la vista un color rojo picota y granatoso de capa media alta. Limpio y brillante. Fina lágrima a la que cuesta aarrancar en su lenta carrera por el cáliz de la copa a la que tinta. Ribete granatoso.
En nariz frescas frutas rojas y negras del monte en sazón. Madera de su crianza integrada y en segundo término. Manda la fruta. Leve monte bajo.
En boca, con cierta elegancia, frutal, madera sin apenas percibir, con los taninso domándose y manteniendo una fresca acidez que le dará 2-3 años para su consumo. Tiene un presencial monte bajo. Correcto paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,00 minutos.
En la botella lleva una pequeña pegatina indicando la "hinchada" puntuación que le da una conocida guía de vinos española.