A sus pies

No quiero comentar mucho acerca de la botella de 2014 de San Román que bebí el otro día: imagino que decir que tenía todo en su sitio, que mostraba la madurez de alguien que todavía no es consciente de que está en esa fase de la vida, pues le sobra brío y está a otras cosas, que había integrado bien la madera y el alcohol y que fue sacando un abanico de apuntes complejos a lo largo de las dos horas que la botella duró abierta, no le dirá nada nuevo a aquellas persona que disfruten asiduamente de este vino. Y los incrédulos, en estos momento, tampoco van empezar a hacerse seguidores, así que, para nosotros queda. Salud.

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