Pues....sí.

Joven proyecto de elaboración de vinos en Cantabria bajo el asesoramiento de Ana Martín. Me ha sorprendido pues ha dado un paso muy importante en su calidad.

   ¿Qué me he encontrado en una botella bordelesa que está vestida con una etiqueta de diseño moderno y cerrada con un corcho de aglomerado con tapas?.

    A la vista un color amarillo pálido y metalizado. Limpio y brillante. Buena, densa, abundante y lenta lágrima en su deslizamiento por el cáliz de la copa.

    En nariz frescas frutas cítricas, blancas en forma de pera y de hueso en sazón. Ligeras tropicales.

     En boca está untuoso, elegante, fino, equilibrado y con viveza. Me reencuentro con las frutas percibidas en la fase olfativa. Tiene frescura y volumen. Es mineral y largo. Con una fresca , fina y frutal acidez que le dará buena vida durante 3-4 años. Muy grato y fresco paso de boca. Es un vino largo. Me da una permanencia de 2,15 minutos. No encuentro en ningún momento esas notas de sidra de manzana que tienen la gran mayoría de los vino elaborados por estas tierras. ¡Ay!, la falta de sol.

      Hace 3 años que no bebía este vino y me ha sorprendido para muy bien. Podré "fardar" de un buen vino de Cantabria.

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