Cereza oscuro, capa alta, borde amarronado, con ligera turbidez, abundante poso y lágrima densa. Nariz con ciruelas en licor, algarroba, chocolate posos de café, con notas se cedro y una madera que, tras 20 años sigue siendo preeminente, restando protagonismo a la fruta. Final cálido, con sensación de sobremadurez y madera. Esperemos que en 10 años más el vino se logre equilibrar, aunque no apunta a ello.
Estoy de acuerdo. Es un gran vino que vengo siguiendo, como el resto de añadas y he llegado a la conclusión de que en esta cosecha la madera no se terminará de integrar, lo que a estas alturas le penaliza (20 años) Espero poder cambiar de opinión en las botellas que me quedan.
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