Dos meses después...

vuelvo a degustar y disfrutar otra de las botellas de este sobresaliente vino.

La nariz sigue idéntica en aromas a lo indicado en la valoración anterior, pero la boca ha variado algo. Seguramente sería por el acompañamiento, que en esta ocasión se trato de un jamón de bellota etiqueta negra y unas carrilladas (mare mía como estaban), cocinadas por mi santa.

La verdad que la boca me supo a "gloria", hizo una conjunción casi perfecta, armonía "a tope" y disfrute con los platos y el vino. Asi da gusto vivir la vida.

 

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