Qué pena¡¡

Creo que es un buen vino y tiene mérito rescatar la uva bruñal. El problema., está en sus excesos. Tiene hechuras de gran vino, profundidad frutal, calidad, maderas, pero tiene signos de oxidación y licorosidad. En boca es especiado, especial, con tanicidad fina y madura, largo y con postgusto maderoso curioso y que lo redondea. Un privilegio, en cualquier caso, disfrutar de esta rareza..

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