Ha tocado una mala botella, o eso creo yo (no tengo referencias previas pues es la primera vez que pruebo este vino)
Olores a sidra y queso azul. Se intuye por debajo algo de fruta, con muy poca definición.
En boca mismas sensaciones ademas de cierta presencia de carbónico.
No mejoró con el trabajo en copa ni tras 24 horas abierto.
En alguna ocasión me han explicado que este tufo junto a la presencia de carbónico pueden ser debidos a fermentación del vino en botella, aumentando concentración de acido málico. Siempre pensé que era algo mas propio de los vinos naturales (donde ya lo he percibido otras veces), pero en esta ocasión no ha sido asi...
Una pena.
Cereza con tonos violetas y capa media. Nariz con abrumadora presencia de las fresas y notas minerales, junto a esas notas de orujos que suelo percibir en los tintos gallegos. En boca es un vino afilado, con un tanino eléctrico, y una acidez desbordada, muy atlántica.
Muy en la línea de los nuevos tintos gallegos, reconozco su finura y su relativa elegancia, pero no es mi perfil de vinos.
Piedras. Fresas. ¡Más!