Cata Nº900

Buen momento, y mejor vino, para celebrar mi cata nº900 subida a Verema.
Cata realizada con los amigos de Vadewine en Sant Cugat (BCN) el pasado 25 de Febrero.

Primer vino en la cata de cinco referencias de Clos Dominic. Y el único que no era tinto.

Viste un bonito color amarillo dorado en la copa. Limpio y sin defectos.
La nariz olfativa ya nos dice (y nos muestra) que estamos ante un blanco muy diferente. Un blanco que nos dice que no sólo el Priorat es tinto. La excelencia también existe en los blancos, aunque halla que buscarlos. En el caso de éste, la Garnacha Blanca es la que mantiene y compone en mayor proporción el coupage. A diferencia de D.O.'s como la Terra Alta, donde esta variedad es la reina, consigue un plus muy grande alineándose en compañía de otras variedades, evitando ser un monovarietal más lineal ( o llamémosle, previsible)a cambio de una elegancia y complejidad remarcable.
La primera copa, ya nos indica su procedencia y lugar de nacimiento: mineralidad, piedra, barnices que afloran nada más oler en parado y que se acentúan una vez comenzamos a oxigenar la copa. Apabulla. Intensa.
Ésto no ha hecho más que comenzar: flores blancas secas. Alguna especia por ahí pululando...Comienza un baile curioso que nos recuerda que estamos tocando tierra; naturaleza: espárragos verdes, tomateras. El huerto en casa. En la copa.
Ah!! Se me olvidaba: también tenemos en el "menú olfativo" la fruta blanca escarchada. El membrillo; la ciruela madura.
Si afinamos mucho, muchiiiisimo, la Garnacha nos recuerda el balsámico (el anís blanco en grano). No recuerdo más...por que no me dio tiempo a más!!
Interesante (y muy recomendable) si se ha de beber rápido (y esto, para un freaky del mundo del vino, es una pena) el decantado. Encontraremos todo lo anteriormente citado...y mucho más.
Se me olvidaba que una cata también consiste en beber el vino: Entra pleno, con volumen y elegancia. Aprovecha un excelente equilibrio entre lo graso, lo ácido y la crianza, para enamorarnos en el paladar. Te hace salivar. Parece no acabarse en el post-gusto final. Mezcla de toques dulces amielados; fruta dulce y algún apunte más de la crianza en un roble que no resulta intrusivo para nada.

Acabé la cata de esta bodega de Porrera con la impresión que fue el vino que más me emocionó en su conjunto.
...Aunque a eso ya estaba preparado. Todas las veces que he catado este vino, me sucede lo mismo.
No se lo pueden perder.
El Priorat también es blanco.

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    pepecano

    Me encanta ese vino, a ciegas es muy difícil decir que variedades tiene, tiene unas notas ajerezadas que te quitan el hipo.

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