Hoy estoy eufórico tras la #REMUNTADA de mi Barca, 6-1 al PSG, algo épico e histórico. Para celebrarlo me he abierto esta botella de Barolo. En principio toda una incógnita ya que he intentado recopilar información pero ni por Carlo Porro, ni por Porro Carlo he encontrado nada de nada. Por ello comentar que tanto la crianza como las viníferas son las que yo he considerado, lo confieso, je,je...
Tambíen quiero informar que es mi tercer Barolo, el primero salió rana, el segundo un Borgogno también del 67 que resultó espectacular y ahora vamos con este desconocido.

Dejamos respirar este vino por espacio de 4 horas y media previo a su cata. Presentaba un nivel óptimo. El tapón salió espectacularmente con el abridor de lamas, algo corto, muy compacto y tintado tan solo en un 40% desde su base. Servimos a 18°C:

VISUAL: Color rojo cereza, de capa muy baja con un amplio ribete con reflejos arcillosos anaranjados. Todavía apreciamos una buena cantidad de lágrima, fina y transparente. Leo que los Barolos viejos tienen estas tonalidades claritas, aunque el Borgogno67 tenía un color apreciablemente más alto. También hay que reconocer que la final de la cena el tono se había oscurecido un poco más (80).

OLFATIVA: En nariz y a copa parada nos muestra aromas frutales a cerezas y un claro recuerdo de zarzaparrilla. Al agitar encontramos notas añejadas, bosque umbrío, flores marchitas, cenizas y sobre todo un marcado perfil mineral de tierra mojada, arcilloso. Es una barbaridad observar como a cada inhalación aparecen nuevos matices: herbáceos de albahaca y alcaravea, un toque de olivada negra, castañas asadas, especiados de canela, fenogreco y pimienta rosa, fúngicos de tartuffo bianco y toda una pátina de terciarios: tabaco inglés, cuero curtido, café verde con un final ligeramente alcohólico a guindas en licor. Madre de Dios, que portento! Espectacular en nariz este Barolo (95).

GUSTATIVA: En boca es un titán, imponente punch, descarado, casi agresivo. Acidez descomunal, con los taninos todavía presentes pero muy dulcificados aportando mucha calidad. Hay una simbiosis mágica entre la madera y la fruta, de gran elegancia y equilibrio. Es un vinazo que tras 50 años sigue pletórico, licoroso con su 13.5% de alcohol y con un delicioso retronasal afrutado a cereza y zarzamora, con un toque mineral de tierra mojada así como un atisbo floral de rosas marchitas. Bestial!! De persistencia larga, algo más de tres minutos. Una bodega que confieso no conozco y de la cual no he podido encontrar nada en la red pero menudo descubrimiento (si alguien sabe algo de esta bodega o de este vino le agradecería enormemente que lo compartiera) . Un Barolo como la copa de un pino, de los que engrandecen la leyenda tanto de la D.O. como de esta fabulosa añada de 1,967. Bárbaro !! (96).

La RCP excelente, 40 euros por este vinazo lo considero una ganga.

Lo acompañamos con unos suculentos entrecottes de ternera cuencana aderezados con romero y tomillo y con una guarnición de portobellos y trigueros. En todo momento nuestro Barolo mantuvo el control y el poder, superlativo!! El brutal entrecotte quedó a sus pies, domado y perfectamente maridado, notas fúngicas y de montebajo por ambas partes, una delicia para los sentidos. Me estoy enamorando de estos Barolos viejunos, disfrute descomunal!! Salud-os!!