Entrando al quite

Vinazo del que he probado algunas botellas y que me parece muy fresco y adictivo.

La nariz es una pequeña bomba de fruta, con un toque reductivo inicial, pero que se disipa con un poco de oxigenación. La fruta se muestra madura, con una carga mineral importante. Notas de matorral, de cacao negro, ahumadas, con flores azules y una suave pimienta negra en grano. Aparecen toques como de laurel y unos balsámicos poderosos. Es una nariz fresca, cargada de complejidad.

En boca, se muestra tremendamente frutal y mineral. Las grosellas, fresas, ciruelas.... son jugosas, dulces, pero con una carga mineral seca que hace que el vino esté muy equilibrado. La acidez es excelente y refrescante, con notas de tabaco, con balsámicos potentes, especias picantes, notas ahumadas, de matorral, de tierra húmeda... El cacao es amargoso, como un chocolate 70%. Taninos jugosos y con una buena estructura, que creo que le permitirá seguir creciendo en botella. Pero ahora mismo está delicioso.

Me encantan los vinos de Verónica Ortega.

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