Originalidad y equilibrio.

Original vino que se obtiene de la mezcla de un oloroso seco y de un dulce Pedro Ximenez. Encerrado en una botella de 1/2 litro que está vestida con una etiqueta de diseño moderno y elegante. Corcho que la cierra de calidad.
A la vista un color yodado y ambarino, limpio y brillante. Muy buena, densa, gruesa y lenta lágrima en deslizamiento por el cáliz de la copa. Ribete ambarino.
En nariz, auna las notas salinas, punzantes y de frutos secos de un oloroso con las notas amieladas y de frutas cítricas escarchadas de un P.X..
En boca es muy elegante, sedoso, equilibrado, fino y sabroso. Con un punto de dulzor que no le hace empalagoso pues en el retrogusto sobresalen las de un oloroso seco. Mantiene una elegante acidez que invita a beber y que le va a dar infinitos años de vida. Muy grato y aterciopelado paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 4,00 minutos.