El vino ha crecido con la botella y es una maravilla, creo que tiene recorrido para más de cinco años. Es la mejor fruta blanca ensamblada con la madera que he visto en un Blanco Español. Membrillos y cedro que son una delicia, minerales de piedra calcárea, potencia e intensidad con mucha fruta blanca madura, muy rica y personal con apuntes balsámicos. En boca tiene una enorme personalidad, amargosidad frutal noble, membrillos - albérchigos y hollejos verdes en maceración en la evolución, excelente acidez que da frescura dentro de la crianza. Buen posgusto vegetal y de maderas finas. Le falta Botella, es el Blanco español con más necesidad de Botella. Una maravilla desconocida, para mí sinceramente el mejor vino blanco nacional.
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