De color amarillo dorado subido, glicérico, lágrima densa de lenta caída.

En nariz tiene una intensidad media-alta, con sensación dulce y seco a la vez, aromas de vainilla, madera nueva, miel, fruta blanca madura en un segundo plano, cítricos maduros escarchados, toque de frutos secos, flores blancas. En boca es licoroso, seco (ajerezado), se notan los toques de madera, caramelo, final algo salino y ligeramente amargo. Postgusto medio-largo.

Un vino notablemente distinto marcado por la calidad que imprime a sus vinos siempre Alejandro Fernández. Uvas Airén del Pareje de La Golosa dan un vino amarillo dorado con una nariz original de miel, ceras, fruta escarchada, frutos secos destacando la almendra amarga tostada, notas calizas, pan tostado, flor blanca

En boca es licoroso, más flor que fruta, como bien decía mi predecesor recuerda al whisky, notas licorosas que recuerdan al Amaretto a veces, final mineral y salino con un punto amargo.

Un vino que no gustará a muchos que sorprende seguro y es posible hasta que te enamore, en cualquier caso un gran vino blanco, pocos hay en España que se muestren tan plenos tras cinco años. Por tratar de definirlo estaría entre un amontillado y un blanco de Tondonia.

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Amarillo dorado pálido, nariz amplia a caramelo, miel y Licor Amaretto. Paso suave con buena acidez y final vaporoso. Recuerda en boca a un whiskie. Se nota la madera, y es muy diferente. Una experiencia nueva, desconocida para mí. Quizás por eso no me gusta mucho...aún.