Segunda cata.

Sirve todo lo comentado en la cata anterior. Si bien en esta ocasión las notas lácticas parecen tener mayor protagonismo junto a las notas de chucherías. La crianza sigue estando en segundo plano y se hace algo más patente en boca, en forma de tostados, a la vez que destaca un cierto dulzor en el paso de boca que no me llamó la atención en la anterior ocasión.

Un rosado curioso, diferente y una gran opción para estos días de verano.

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