Ni aquí ni allá

Acabo de colgar una nota sobre el Santa Rosa 98 al que sus años encima no le habían sentado del todo bien para mi gusto y algo parecido debo decir de este Roda. Me da la impresión que este tipo de vinos dan lo mejor de sí en sus primeros años de botella. Con dos o tres años de cristal parecen alcanzar su mejor momento. Que los taninos se redondeen del todo, la madera acabe de integrarse y listo para la copa, porque como les dejes que evolucionen hacia un bouquet más maduro parece que no son capaces de dar la talla, como si semejante tarea no fuera con ellos. Es como si nos dijeran desde el otro lado del cristal:"para eso ya estan los "clásicos", que nosotros somos "modernos".
Este Roda no sé muy bien dónde está. Demasiada cereza en licor y caja de especias para mi gusto, ha perdido sus registros florales que en sus mejores añadas suele mostrar en su juventud, la fruta se muestra más tímida de la cuenta. En boca lo mismo que el Santa Rosa, redondo, maduro, pero sin emocionar. Puede que la añada no fuera para echar cohetes y el vino ya no sea capaz de dar más de sí, o puede que mi gusto sufra una regresión hacia los "pecados parkerianos" de mis inicios.
Menos mal que su hermano de 2004 se muestra esplondoroso. A ése sí que no le pienso dar tantos años de vida.

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